lunes, 18 de julio de 2011

Conformación de la ciudadanía venezolana en las luchas políticas y sociales

Conformación de la ciudadanía venezolana en las luchas políticas y sociales

Sociedad Civil Pre- constituyente (1961-1999): Emergencia del Actor Sociopolítico:

Este periodo se inicia con la Constitución de 1961 donde se definieron los modelos de desarrollo y democracia, el marco de derechos y las relaciones de la Sociedad y el Mercado con el Estado. Comprende casi cuatro décadas, los sesenta, setenta, ochenta y noventa que incluyen la etapa de Reforma del Estado donde se sancionaron las leyes descentralizadas que abrieron un espacio a la participación de la sociedad civil en el ámbito de lo político y los intentos de Reforma Constitucional. El periodo concluye en 1999 con la apertura del Proceso Constituyente.

Los sesenta y setenta: de actores sociales a la inclusión en lo público político

La Constitución de 1961 incluyó una definición de democracia sumamente limitada que reconocía los derechos individuales desde una perspectiva liberal y dejaba afuera la participación de la sociedad civil organizada y los valores que trascienden la democracia representativa. No se planteó como objetivos el optimizar los valores asociados a la democracia sino el preservar la estabilidad política fuertemente amenazada por las otras fuerzas políticas y por los militares (Rey, 1989). Tampoco incluyó la participación de la sociedad civil organizada en la construcción de la democracia.

De acuerdo con dicha Constitución, los ciudadanos no tenían la responsabilidad ni el derecho de participar en la orientación de la vida pública y menos aún, en el proceso de toma de decisiones política de la sociedad. Los individuos estaban separados de la esfera pública y el espacio público y la práctica política era una potestad de los partidos políticos ya que estos monopolizaban la intermediación entre los ciudadanos y el Estado. En consecuencia, la posibilidad que los ciudadanos participaran políticamente, incidieran en la definición de la esfera pública y en la reestructuración del espacio público político pasaba por la afiliación a un partido político (Silva, 1999).

Como en el resto de América Latina, en Venezuela, durante la década de los sesenta y parte de los setenta, existían actores sociales que se expresaban a través de múltiples organizaciones sociales tales como las fundaciones y asociaciones civiles sin fines de lucro. Estas organizaciones que respondían a intereses particulares y tenían fines limitados, no pretendían ocupar ni participar en el ámbito de lo político puesto que las dos esferas, la social y la política, eran consideradas como dos ámbitos separados.

No obstante, a fines de los años setenta emergen actores sociales que cuestionan las limitaciones de la democracia representativa instaurada en la Constitución de 1961 por su imposibilidad para incluir sus demandas. Su objetivo consistía en superar las limitaciones de la democracia representativa para lo cual reivindicaban la esfera política desde una posición de autonomía del Estado, de los partidos políticos e incluso, de las organizaciones corporativistas empresariales y sindicales existentes. La apertura de espacios democráticos se considerada como un requisito indispensable para la inclusión en la esfera política por lo que a fines de los setenta, el término sociedad civil se comenzó a aplicar a estas organizaciones sociales emergentes, entre ellas a las organizaciones ciudadanas, populares, cooperativas, ambientalistas y de mujeres, las cuales se articularon alrededor de las luchas por la “profundización” de la democracia, objetivo definido como el interés común colectivo.

Los ochenta: Reforma del Estado y luchas por la descentralización política

Los nuevos actores que emergieron a fines de los setenta, se consolidaron en la década de los ochenta. Se trata de organizaciones sociales a veces estructuradas pero a veces poco estructuradas e incluso informales como en el caso de los movimientos sociales, que con base en los principios de participación, equidad y solidaridad social pretendían su inclusión dentro del ámbito de lo político. Eran portadoras de propuestas y proyectos de sociedad que se fundamentaban en nuevos valores vinculados con temas tales como el ambiente, los asuntos de género o los derechos humanos, entre otros.

Demandaban una mayor inclusión en la gestión pública reivindicando la “profundización de la democracia o la democracia participativa” como mecanismos para incidir en los procesos de toma de decisión en los niveles local, regional y/o nacional. El derecho a la participación era considerado como un requisito sine-qua-non para el cabildeo de sus demandas desde espacios y marcos institucionalizados. La defensa de este derecho fue asumida por una coalición conformada por el movimiento ciudadano de clase media y por un conjunto de otras organizaciones y movimientos entre los que se destacaban el movimiento cooperativo y el movimiento popular.

Además de articularse en redes, el movimiento ciudadano utilizó con éxito los medios de comunicación como mecanismos de presión para influir en la orientación de las decisiones políticas (García-Guadilla y Roa, 1997; García Guadilla y Silva, 1999). De esta forma, las nuevas organizaciones y movimientos sociales transformaron sus demandas en hechos políticos y se convirtieron en actores socio-políticos centrando sus luchas en el proceso de Reforma del Estado y sobre todo en la descentralización. Sin embargo, no todas las organizaciones sociales cumplían con las características que describen teóricamente a la sociedad civil. Inicialmente, las organizaciones ciudadanas de clase media gozaban de autonomía frente al Estado y los partidos políticos y contaban con estructuras flexibles de liderazgo; en contraste, muchas de las organizaciones vecinales de los barrios pobres, no eran autónomas pues con frecuencia estaban cooptadas por los partidos políticos.

Luchas aborígenes en contra de los conquistadores

Las tribus indígenas, sostuvieron una tenaz lucha contra el invasor español, donde el conocimiento de materiales bélicos de la época jugo papel importante en el exterminio de los grupos aborígenes.

Los Caribes, al igual que otras tribus, mostraron una resistencia implacable contra quienes buscaban someterlos en su propia tierra. Los caballos, perros amaestrados, arcabuces, fuerte vestidura y una gran experiencia en el arte de la guerra no lograron extinguir el grito de libertad que retumbaba en las montañas venezolanas, con flechas y lanzas combatieron con tenacidad regando los campos de batalla con su sangre americana.

Esta lucha encarnizada duró varios años de enfrentamientos; hubo episodios de heroísmo, destacando el ímpetu y gallardía de valientes caciques como: Guaicaipuro, Baruta, Chacao, Tamanaco, entre otros.

Luchas pre-independentistas

Simón Rodríguez La moral venezolana fue bastante extraordinaria. El venezolano promedio prefería la tiranía en vez de la libertad. De allí su conflictiva y su tardanza. Cabe destacar que el movimiento de independencia, a partir del siglo XIX, fue netamente impulsado por la nobleza criolla, que normalmente descendían de los primeros colonos europeos y con altas riquezas en tierras como para impulsar los movimientos.

El absolutismo español recaía oblicuamente en la población venezolana. El pueblo estuvo dividido según su cantidad de sangre blanca europea. Los blancos peninsulares ocupaban los primeros puestos, mientras que los negros, los últimos. La colonia tuvo una mezcla entre diversas culturas y rasas, por ende su discriminación en Europa.

El Rey pocas veces veía con buenos ojos a las colonias. De hecho su política estuvo destinada para evitar su desarrollo. Este gobierno estuvo bien centralizado hasta el punto de adoptarse en repúblicas posteriores.

El sistema fue más justo de lo que se cree. Existían instituciones que hacían ver constantemente los movimientos de independencia como insurrecciones. La nobleza criolla, segunda en el estrato social, no obtuvo directamente su gobierno. La cuestión es que el blanco criollo siempre sintió la necesidad de su propio gobierno.

La cultura colonial es un tema importante. Los próceres debieron de atacar directamente aquí, antes de enfrentarse a los españoles en el combate. Venezuela estuvo sumergida en una conflictiva del deber que hoy no vemos. Los pobladores, independientemente de su grado de sometimiento, favorecían a las costumbres y rituales de obediencia real. Naturalmente esto estuvo muy influenciado por la educación, que en los altos grados era impartida por educadores religiosos, muy consientes de su deber al Rey.

La opinión pública fue muy deficiente y escasa. Debido al subdesarrollo intelectual, eran pocos los que opinaban y expresaban su punto de vista. Hubo un tiempo en que el comercio entre España y Venezuela se monopolizó atrayendo al primer insurrecto hacia la opinión pública. Después de ese movimiento, el cual fue organizado por Francisco de León, muchos otros acontecieron en la historia, suscitándose el más cercano e importante, el del 19 de abril de 1.810, impulsador de la Independencia de Venezuela.

1 comentario:

  1. muy buena la informacion ya he conseguido 2 temas intereantes en este blog... siga publicando mas buena informacion

    ResponderEliminar